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viernes, 26 de marzo de 2010

Cambios demográficos y formas de control natal


Los grandes avances del conocimiento científico, la agricultura, la industria, la medicina y la organización social hicieron posible que la población creciera de forma considerable. Las maquinarias fueron sustituyendo poco a poco la mano de obra humana, aumentando lentamente el conocimiento y los medios para controlar las enfermedades. Así, a mediados del siglo XVIII la mortalidad empezó a disminuir sensiblemente en los países en proceso de industrialización. El fenómeno no fue evidente para estos países sino hasta mucho tiempo después, pero tuvo por resultado un crecimiento importantísimo de las poblaciones implicadas, crecimiento que no dejo de tener repercusiones. Un ejemplo de las repercusiones de estas transformaciones es la migración. La modernización del trabajo agrario reducía drásticamente la necesidad de trabajadores en el campo. Esto, aunado al desarrollo industrial que comienza, provoca una migración de población sin precedentes de las zonas agrarias a las industriales, donde no siempre existían puestos suficientes para todos los recién llegados. El hacinamiento y la explotación crearon una población “excelente”, a la que solo le quedaba organizarse como fuerza política, o pasar de la emigración interior a la emigración internacional, buscando un lugar donde vivir mejor fuera de sus países de origen. Los Estados no llegaron nunca a diagnosticar el rápido crecimiento como un problema e incluso las teorías económicas del momento consideraban necesaria la existencia de un excedente de mano de obra que permitiese mantener bajos los costos salariales. Además se fomentaba el crecimiento demográfico, ya que este era visto como un sinónimo de prosperidad; y efectivamente, eran los países más prósperos los que más crecían. Sin embargo, las nuevas condiciones que se vivían empezaron a llamar la atención de los pensadores de la época. En 1798 Thomas Robert Malthu, considerado el padre de la demografía, publico su obra llamada Ensayo sobre el principio de la población, en la que advertía de la tendencia constante del crecimiento de la población humana superior al de la producción de alimentos. Según Malthus, el desequilibrio que se estaba creando entre la población y recursos alimentarios, al ir en constante aumento, forzosamente habría de tener consecuencias fatales para la humanidad, por la escasez de alimentos. Malthus se equivoco en sus predicciones, ya que la ciencia ha conseguido que la producción de alimentos pueda crecer incluso a mayor velocidad que la población, especialmente en los países industrializados, ya que hoy la escasez de alimentos no es un problema de la producción, sino de su distribución y de la desigualdad social en el mundo. No obstante su error, una de las grandes contribuciones de Malthus fue la de llamar la atención sobre la necesidad de establecer estrategias para buscar de alguna forma mantener el control del crecimiento de la población, reduciendo los índices de natalidad. Malthus y sus inmediatos seguidores promovían métodos naturales para limitar la descendencia, como la abstinencia, el celibato, el matrimonio tardío, y lo hacían por motivos económicos, en términos de balance entre la población y recursos. Posteriormente, médicos y reformistas sociales empezaron a promover los métodos anticonceptivos artificiales desde planteamientos más sociales que económicos. Entre estos planteamientos tenemos: la planificación familiar, la libertad sexual, la liberación femenina y la mejora de los cuidados a los niños. Entre estos métodos el condón tiene una larga historia, aunque es hasta finales del siglo XX cuando su promoción se incrementa por los graves riesgos del SIDA. Por su parte los métodos anticonceptivos orales, conocidos popularmente como las píldoras, surgen apenas en la segunda mitad del siglo XX. También los movimientos a favor del control natal tienen su origen hacia finales del siglo XIX y los principios del XX; a fines de la Segunda Guerra Mundial se plantea la necesidad de políticas publicas tendientes a reducir la fecundidad, sobre todo en los países en desarrollo, ya que esto podría ser un factor que permitiera mejores niveles de vida entre la población. En nuestros días de habla de la salud reproductiva, donde la salud de las mujeres ligada a su sexualidad y capacidad reproductiva es vista como una prioridad para la salud pública y los derechos humanos.

jueves, 25 de marzo de 2010

Las ferias mundiales y la fascinación con la ciencia y el progreso



El 21 de septiembre de 1969 el Apolo XI se posos sobre la superficie lunar; sin embargo, ciento trece años antes, Julio Verne, había anticipado la idea de un viaja espacial. Verne representa el espíritu de los hombres de su época, fascinados por los avances científicos y tecnológicos que se sucedían de manera vertiginosa. Inventos como el automóvil, el avión, el submarino, el telégrafo, el teléfono, el cinematógrafo o la bombilla eléctrica son parte de estas innovaciones. Verne estudia y traslada este ambiente científico a sus obras literarias. Es este contexto se organiza también grandes exposiciones internacionales, las cuales aunque estaban inspiradas en las ferias comerciales que habían proliferado desde finales del siglo XVIII en Europa y Estados Unidos, fueron alejándose del carácter estrictamente mercantilista y comercial. En realidad, se concibieron como escaparates, por medio de los grandes pabellones “nacionales”, del progreso tecnológico, científico y cultural de los países. Aunque su objetivo era el intercambio tecnológico, destacaban más por su carácter educativo que por el comercial. Se trataba de extender la idea de progreso basada en un nuevo conocimiento científico y el desarrollo tecnológico que generaba un desarrollo industrial extraordinario. Se difunde la idea de que el progreso lograría la “unidad de la humanidad” y felicidad. En la ciudad de Londres, en Inglaterra, se realizó la primera feria mundial en 1851. Tuvo lugar en el Palacio de Cristal, un lugar construido especialmente para ese evento, “La Gran Exhibición”. En la primera gran exposición estaban representados un total de cuarenta países por medio de 13 397 expositores, agrupados por nacionalidades, que mostraban un total de 100 000 artículos, divididos en cuatro grandes categorías: productos brutos, maquinas, manufacturas y objetos de arte. Nunca antes había habido una reunión de tal magnitud. Esta primera gran feria mundial albergo desde la novísima locomotora hasta el más preciso reloj; las colonias pudieron presentar sus materias primas, sus artesanías y sus animales “exóticos”. Las ferias mundiales son una muestra de lo mejor que puede hacer el ser humano en todos los campos. También en 1862, en Londres, se presento la caldera de vapor; y en Filadelfia, en 1876, Alexander Graham Bell presento y patento el “cable parlante”, ni más ni menos que el imprescindible teléfono de hoy. Thomas Alva Edison deslumbro con el fonógrafo en 1878. Francia asombro con la Torre Eiffel en 1899, año en que los visitantes, por medio de una pantalla, hicieron el primer viaje virtual de la historia. La hamburguesa fue presentada por primera vez en la feria de 1904; Picasso mostró el Guernica en 1937. Las ferias mundiales sirvieron, además, como punto de encuentro de los científicos e intelectuales mas reconocidos, lo que permitió la constitución de algunos organismos y asociaciones internacionales que unificaban y promovían los conocimientos científicos que caracterizaron la ultima parte del siglo XIX y la primera del siglo XX. Por ejemplo, en la feria mundial de 1851 de Londres, se organizó el Primer Congreso de Estadística, que sirvió para sentar las bases de la estadística internacional. En las ferias mundiales de hoy en día, como las del siglo XIX, es posible admirar los últimos avances de la ciencia y la tecnología. Hoy la gente queda admirada con los robots sofisticados, como en aquella época quedaban admirados con los inventos como el automóvil, el cinematógrafo o el teléfono.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Del descubrimiento del mundo microscópico a las vacunas y antibióticos

Las personas del siglo XVI no contaban con los conocimientos que fueron producto de los avances científicos y tecnológicos que se desarrollaron a partir del Renacimiento, pero las aportaciones que se realizaron durante los siglos XVII y XIX significaron grandes avances, que ayudaron a mejorar el nivel de vida de la gente y ya son parte de los conocimientos que de manera cotidiana empleamos. Del mismo modo que las personas del siglo XVII ignoraban cosas que nosotros consideramos sencillas, seguramente hoy desconocemos cosas que en cien años serán conocimientos comunes para la mayoría de las personas que vivan en ese momento. Ahora sabemos que los microorganismos se encuentran en todas partes, pero antes de la invención del microscopio eran desconocidos. Miles de personas morían en las epidemias cuyas causas se desconocía. El deterioro de los alimentos no siempre se podía controlas y muchas personas morían debido a que no existían vacunas y antibióticos disponibles para combatir las infecciones. La invención del microscopio fue determinante en el conocimiento de la existencia de los microorganismos. La primera persona en descubrirlos en detalle fue le holandés Anto von Leeuwenhoek con 1684, al examinar el agua de lluvia, de mar, de rio, saliva, y otras sustancias, y los llamo animáculos. Se empezó a especular sobre el origen de estos organismos microscópicos. Había quienes afirmaban que se generaban de manera espontanea de la materia no viva. Por otro lado, había quienes decían que se originaban de otras formas de vidas. Fue Louis Pasteur, quien desmintió la teoría de la generación espontanea en 1864, dos siglos después, y empezó a estudiar el papel de los microorganismos en la producción de vino y como causa de enfermedades. Robert Koch, contemporáneo de Pasteur, descubrió que las bacterias pueden actuar como agentes específicos de las enfermedades infecciosas. Él y sus colaboradores descubrieron las bacterias que causan la tuberculosis y el cólera. Con el conocimiento de que los microorganismos causaban enfermedades, los científicos se dedicaron a investigar como prevenirlos y contraatacarlos. Sin embargo, aunque se desconocía se acción, ello no impidió que desde la antigüedad se utilizaran sustancias y tratamientos para tratar las enfermedades. Las vacunas fueron descubiertas, antes de los estudios de Pasteur y Koch, por Edward Jenner en 1771, a partir de unos experimentos que realizaba con gérmenes de la viruela que atacaba a la vaca, pero que hacia inmunes a esta enfermedad a los trabajadores de las granjas. De ahí proviene su nombre, de la palabra latina vacca. Pasteur explico este principio de inmunización en la prevención del carbunclo en animales y funciono. Posteriormente también produjo la vacuna contra la rabia. A partir de es época, se han preparado vacunas, tanto para prevenir algunas enfermedades infecto-contagiosas, como para controlar alergias. Los nuevos conocimientos revolucionaron la medicina, Joseph Lister, a partir de los estudios de Pasteur, estableció medidas higiénicas en las salas de los hospitales, que salvan la vida a miles de personas. Con el inicio del siglo XX, se empieza a experimentar con los antibióticos, es decir, con sustancias naturales, semisintéticas o sintéticas que en concentraciones bajas inhiben el crecimiento o provocan la muerte de las bacterias que producen algunas enfermedades. Un momento importante ocurre en 1928, cuando Alexander Fleming descubre accidentalmente la penicilina, en el curso de sus investigaciones sobre la gripe; hoy es una sustancia ampliamente utilizada en el tratamiento de las enfermedades infecciosas. Por ejemplo, durante la Primera Guerra Mundial uno de los factores que elevo el numero de muertes fueron las infecciones en los heridos que sin antibióticos para tratarlas eran terribles.

Las primeras revoluciones sociales en China, México y Rusia


La Revolución Mexicana forma parte de las primeras revoluciones sociales que cuestionaron las estructuras sociales en las que imperaba la desigualdad, produciendo el reconocimiento de derechos sociales, es decir, los derechos que tiene la población en su conjunto o grandes partes de ella, como en el caso de México, y que también condujeron al establecimiento de nuevas estructuras económicas y sociales, basadas en las ideas socialistas, como en el caso de Rusia y China.
La Revolución Mexicana es la primera gran revolución del siglo XX. Aunque se marca como fecha de inicio el 20 de noviembre de 1910, cuando Francisco I. Madero, ante la nueva reelección presidencial de Porfirio Díaz, llama mediante el Plan de San Luis al pueblo a levantarse en armas, desde tiempo atrás se venían sucediendo durante la dictadura porfirista fuertes muestras de inconformidad, por el monopolio político, la represión, el despojo de tierras a campesinos, la ausencia de derechos ciudadanos, el sometimiento del país a los grandes capitales extranjeros, la falta de derechos obreros y la desigualdad social.
En la Revolución Mexicana participaron amplios sectores de la población movidos por intereses particulares. Mientras los grupos pertenecientes a los sectores ricos vieron la oportunidad para desplazar a los capitales extranjeros, los campesinos y trabajadores en general deseaban terminar con la opresión que padecían. Así, los anhelos de justicia social y libertad política se mezclaban se mezclaban con los de cambio político y desarrollo nacional.
Una de las fechas más acertadas como el fin de la revolución mexicana es e 5 de febrero de 1917, con la promulgación de una nueva constitución, aunque varios grupos seguían luchando en el país. La constitución de 1917, establece las bases del nuevo estado mexicano e incorpora reformas sociales, contenidas en sus artículos 3, que garantizaba el derecho a la educación; 27, que declara que en un principio la propiedad de las tierras, aguas y recursos del subsuelo pertenecían originalmente a la nación; 123, que estableció los derechos de sus trabajadores.
Por su parte la Revolución Socialista rusa tuvo lugar en octubre de 1917, sus antecedentes y causas también se venían acumulando desde tiempo atrás, el imperio ruso era gobernado por los zares, quienes concentraban todos los poderes, decretaban las leyes, designaban ministros y tenían autoridad religiosa. Rusia era un país principalmente agrícola, con una industria que se empezaba a desarrollar; campesinos y obreros industriales carecían de todo tipo de derechos y sus salarios eran mínimos. En los últimos años del siglo XIX, habían ciertos movimientos de oposición al zarismo.
A la Revolución de octubre de 1917 le anteceden dos movimientos revolucionarios el de 1905, con el que el pueblo ruso logró ciertas libertades políticas, como la creación de un Parlamento (Duma) y la formación de los soviets o consejeros de obreros, campesinos y soldados, la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial desencadenó el segundo movimiento revolucionario en febrero de 1917, que terminó con el gobierno de los zares y estableció un gobierno provisional. El partido bolchevique que representaba a obreros, campesinos y soldados, dirigidos por Vladimir Llich Ulianov, conocido como Lenin, inició una nueva revolución en octubre de 1917, concluyó con el establecimiento del primer estado socialista en el mundo e influyó en otras revoluciones como la china y la cubana. En 1924 se crea la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URRS).
La Revolución China es fruto de un proceso que tiene como antecedente una serie de guerras antiimperialistas, ya que China fue objeto de la penetración por parte de las grandes potencias mundiales del siglo XIX, como Inglaterra, Japón, Rusia, EUA, Francia y Alemania, produciendo además movimientos populares y nacionalistas.
En 1911, estalló una insurrección que establece la república en 1912 terminando con el periodo imperial. Pero se inicia uno más largo de guerras civiles, que a partir de 1925 enfrentó al partido comunista (comunistas), encabezado por Mao Tse Tung, que fue derrotado. Un acontecimiento que modificó la situación fue la invasión de Japón a China y el inicio de la Segunda Guerra Mundial, que produjo una alianza entre los ejércitos que nacionalista y comunista para enfrentar esta agresión externa.
En 1946, concluida la Segunda Guerra Mundial y una vez expulsados los japoneses, la guerra civil continuó, pero ahora los nacionalistas recibieron el apoyo de EUA; y los comunistas de la Unión Soviética. Es ahora que los comunistas triunfan Mao Tse Tung proclaman la república popular china en 1949 y Chiang Kai-Shek huyó a la isla de Formosa, donde estableció la república nacionalista china.


Liga de las relaciones


Entre los mismos tratados de paz con los que concluye la Primera Guerra Mundial, se incluye la creación de la Liga de las Naciones o Sociedad de Naciones, quien tuvo en el presidente estadounidense Thomas W. Wilson su gran promotor.
La Liga de las Naciones es un antecedente de la actual Organización de las Naciones Unidas (ONU) y, al igual que ésta, fue creada con la intención de resolver los conflictos entre los países y evitar guerras en el futuro. La nueva liga estableció su sede en Ginebra (Suiza), teniendo como objetivo esencial el mantenimiento de la paz. La liga buscó garantizar la protección de los pequeños países ante las grandes potencias. Se trataba de crear un nuevo orden internacional basado en el principio de la seguridad colectiva. Pero aun con estas buenas intenciones y su participación en la mediación de algunos conflictos, la Liga de las Naciones fracasó, ¿por qué? Entre los factores que la debilitaron podemos mencionar:
La ausencia de algunas potencias mundiales. Estados Unidos de América se negó a entrar en 1920 cuando llegó Warren G. Harding a la presidencia, a pesar de que, como mencionamos, Wilson fue su promotor. A Alemania, en principio, se le negó el ingreso, pero se adhirió a ella en 1926, para salir de nuevo después del ascenso de Hitler al poder en 1933. A la Unión Soviética también se le negó el ingreso, accedió en 1934 y fue de nuevo expulsada en 1939 Japón se marchó en 1933 e Italia en 1936. Además, la liga nunca contó con los medios económicos o militares para imponer sus resoluciones. Los años treinta marcaron su fracaso definitivo. Las agresiones de las potencias fascistas y militaristas mostraron su ineficiencia. El inicio de la Segunda Guerra Mundial significó el fin de la primera organización mundial de naciones.

El reparto de Medio Oriente


El Medio Oriente, la parte más occidental de Asia, ha tenido una importancia estratégica fundamental por su ubicación geográfica, ya que constituye una vía de paso; por ejemplo, desde la Edad Media era la ruta de los europeos hacia Oriente y en el siglo XIX se convierte en una zona de suma importancia para el comercio internacional, en particular para Inglaterra, por lo que construye el canal de Suez. Pero además es una zona con enormes riquezas petroleras, factor que ha dado lugar a disputas y repartos entre potencias imperialistas.
Durante la Primera Guerra Mundial, con la firma del Tratado de Sykés-Picot, entre Inglaterra y Francia en 1916, los países árabes quedaban divididos en zonas de influencia británica y francesa. Recuerda que el imperio turco fue aliado de los imperios centrales durante el conflicto mundial, al término del cual como país vencido sufrió las condiciones impuestas por los vencedores y se desintegró. Se realizó un reparto según las zonas ocupadas por los ejércitos de Francia e Inglaterra. A instancias de la Liga de Naciones, los territorios del imperio se pusieron bajo el “mandato” de estas potencias que buscaron establecer protectorados coloniales desde donde extendieron su influencia y control sobre la región.
El reparto territorial de la región, al final de la Primera Guerra Mundial, se mantuvo prácticamente sin cambios hasta los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, después de la cual se desarrollaron varios procesos de independencia

La Paz de Versalles y sus concecuencias


La imposición produce regularmente inconformidades y disgustos. Esto sucedió con la firma de los tratados de paz con los cuales se dio fin a la primera guerra mundial, el Tratado de Versalles fue firmado en junio de 1919, por los países vencedores, pero sin la participación de los vencidos en las discusiones y negociaciones. Entre los representantes de los aliados se encontraban: Woodrow Wilson, presidente de Estados Unidos; Lloyd George, primer ministro de Inglaterra; Georges Clemenceau, presidente de Francia, y Victorio Orlando, representante de Italia.
Entre las condiciones que se impusieron a Alemania tenemos: Francia recupera Alsacia y Lorena, además se rectifican las fronteras en beneficio de Bélgica, Polonia y Dinamarca; el conjunto de las pérdidas territoriales de Alemania ascendió a 76 km2, donde vivían 6.5 millones de habitantes; Alemania perdió todas sus colonias, que fueron repartidas como mandato de la Sociedad de Naciones entre el Imperio Británico y Francia. Bélgica y Japón se anexaron territorios muy pequeños. Entre las condiciones militares tenemos la drástica limitación de la armada, ya que se le confiscó armamento y se le prohibió contar con tanques, aviones y artillería pesada, además de que su ejército se redujo a 100 mil efectivos. Además, Alemania quedó obligada a pagar reparaciones o indemnizaciones de guerra a los vencedores. Se le prohibió ingresar a la Sociedad de Naciones, que también tuvo su origen en este tratado.
Como puede observarse, se responsabilizo a Alemania del inicio de la guerra y se le impusieron severas condiciones para el establecimiento de la paz. Esta nación tuvo que aceptarlas, pero no quedó conformes con ellas, esto fue la base de nuevas tensiones y conflictos. Es así que los alemanes lo llamen el diktat, lo que quiere decir condena. Incluso, el tratado de Versalles es considerado por algunos historiadores como una de las causas importantes que produjeron la Segunda Guerra Mundial, debido a sus deficiencias y errores.
Las duras condiciones no fueron cumplidas en su totalidad por Alemania; y este país, a pesar de todo, pudo mantener cierto poderío. Pronto aparecieron posiciones revanchistas contra el Tratado de Versalles, que culminarían en una nueva guerra de magnitudes mundiales más violentas y extensas que esta primera.