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miércoles, 24 de marzo de 2010

La paz armada y la Primera Guerra Mundial


A principios del siglo XX, aunque el reparto colonial parecía haber concluido, las potencias europeas se encontraban aun insatisfechas. Los conflictos entre las potencias y sus anhelos imperialistas llevaron a estos países a enfrentarse produciendo un conflicto que rebasó los límites continentales: la Primera Guerra Mundial o la Gran Guerra (1914-1918).
Se puede establecer que los principales hechos que la desencadenaron fueron: la política expansionista de las grandes potencias y el intenso desarrollo de Alemania, que genero grandes tensiones y rivalidades. Esto llevó a gran parte de los países europeos a promover una política armamentista, conocida como la Paz Armada (1885-1914), es decir, no obstante la paz aparente, la rivalidad entre los países los llevó a acumular armas e incrementar sus ejércitos.
Como vimos en el inicio de este bloque, en este periodo se crearon dos sistemas de defensa: la Triple Alianza (Alemania, Austro-Hungría e Italia) y la Triple Entente (Inglaterra, Francia y Rusia). Así las potencias sólo aguardaban la oportunidad para iniciar la guerra. En este contexto el nacionalismo permitió que los habitantes de los países se involucraran en la defensa de su nación.
La llamada crisis de los Balcanes fue el antecedente inmediato de la guerra. Esta región, que representaba una zona estratégica por su ubicación, se vio envuelta en conflictos bélicos, a través de los cuales obtuvieron su independencia países como Serbia, Montenegro, Grecia y Bulgaria, del imperio turco, pero la región empezó a ser codiciada por las potencias europeas, produciendo una serie de conflictos que atentaban contra la paz de toda Europa. El pretexto de la guerra fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero al trono de Austria-Hungría, en Sarajevo, capital de Bosnia, el 28 de junio de 1914, por un miembro de la organización nacionalista serbia “La Mano Negra”. Austria-Hungría declara la guerra a Serbia, marcando el punto de partida de las hostilidades.
La Primera Guerra Mundial fue una guerra moderna en la que los adelantos tecnológicos jugaron en papel importante: tanques, lanzallamas, aviones, barcos, submarinos, ametralladoras, granadas, gases venenosos; además de que en ella participaron, movidos por el nacionalismo, grandes contingentes de la población de los países involucrados. Se habla en ese sentido de que fue una guerra total donde se involucra la sociedad civil y se vincula la economía, la tecnología con el militarismo.
Se pueden distinguir tres frases en este conflicto: la primera fase denominada Primera Etapa de Movimientos (1914-1915), que se caracterizó por el desplazamiento de los ejércitos a las posiciones fronterizas; la segunda fase, llamada Guerra de Trincheras o de Posiciones (1915-1917), en la que el conflicto se estabiliza en las dos frentes que se habían constituido: el oriental y el occidental, donde los ejércitos permanecen luchando por mucho tiempo con avances reducidos; y la tercera fase, que es la Segunda Etapa de Movimientos (1917-1918), corresponde a la etapa de desenlace y se caracteriza por la salida de Rusia de la guerra, provocada por la revolución que estalla en su territorio, la entrada de Estados Unidos de América y la derrota de Alemania.
Entre las principales consecuencias que dejó esta guerra cruel y destructiva tenemos:
Económicas: profunda depresión económica de Europa; destrucción de infraestructura: puentes, fábricas, vías de comunicación, puertos, tierras de cultivo, ciudades; Estados Unidos de América se consolida como una potencia mundial.
Políticas: surgen nuevas contradicciones entre los países imperialistas; con el impulso de los modelos de democracia liberal se desintegran los imperios Otomanos y Austro-húngaro; surgen nuevos países: Yugoslavia (integrada por Serbia, Montenegro, Croacia, Bosnia, Eslovenia, Herzegovina), Checoslovaquia, Hungría, Austria, Finlandia, Polonia, Estonia, Lituania y Letonia; se crea la Sociedad de Naciones y el capitalismo deja de ser un sistema universal por el triunfo de la revolución socialista en Rusia.
Sociales: alrededor de 10 millones de muertos y de 20 millones de heridos; hambre y epidemias; los sindicatos obreros adquirieron mayor fuerza debido a las contradicciones sociales que se generaron; las mujeres que se habían incorporado a la producción en las industrias inician el movimiento feminista.

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