
Los grandes avances del conocimiento científico, la agricultura, la industria, la medicina y la organización social hicieron posible que la población creciera de forma considerable. Las maquinarias fueron sustituyendo poco a poco la mano de obra humana, aumentando lentamente el conocimiento y los medios para controlar las enfermedades. Así, a mediados del siglo XVIII la mortalidad empezó a disminuir sensiblemente en los países en proceso de industrialización. El fenómeno no fue evidente para estos países sino hasta mucho tiempo después, pero tuvo por resultado un crecimiento importantísimo de las poblaciones implicadas, crecimiento que no dejo de tener repercusiones. Un ejemplo de las repercusiones de estas transformaciones es la migración. La modernización del trabajo agrario reducía drásticamente la necesidad de trabajadores en el campo. Esto, aunado al desarrollo industrial que comienza, provoca una migración de población sin precedentes de las zonas agrarias a las industriales, donde no siempre existían puestos suficientes para todos los recién llegados. El hacinamiento y la explotación crearon una población “excelente”, a la que solo le quedaba organizarse como fuerza política, o pasar de la emigración interior a la emigración internacional, buscando un lugar donde vivir mejor fuera de sus países de origen. Los Estados no llegaron nunca a diagnosticar el rápido crecimiento como un problema e incluso las teorías económicas del momento consideraban necesaria la existencia de un excedente de mano de obra que permitiese mantener bajos los costos salariales. Además se fomentaba el crecimiento demográfico, ya que este era visto como un sinónimo de prosperidad; y efectivamente, eran los países más prósperos los que más crecían. Sin embargo, las nuevas condiciones que se vivían empezaron a llamar la atención de los pensadores de la época. En 1798 Thomas Robert Malthu, considerado el padre de la demografía, publico
su obra llamada Ensayo sobre el principio de la población, en la que advertía de la tendencia constante del crecimiento de la población humana superior al de la producción de alimentos. Según Malthus, el desequilibrio que se estaba creando entre la población y recursos alimentarios, al ir en constante aumento, forzosamente habría de tener consecuencias fatales para la humanidad, por la escasez de alimentos. Malthus se equivoco en sus predicciones, ya que la ciencia ha conseguido que la producción de alimentos pueda crecer incluso a mayor velocidad que la población, especialmente en los países industrializados, ya que hoy la escasez de alimentos no es un problema de la producción, sino de su distribución y de la desigualdad social en el mundo. No obstante su error, una de las grandes contribuciones de Malthus fue la de llamar la atención sobre la necesidad de establecer estrategias para buscar de alguna forma mantener el control del crecimiento de la población, reduciendo los índices de natalidad. Malthus y sus inmediatos seguidores promovían métodos naturales para limitar la descendencia, como la abstinencia, el celibato, el matrimonio tardío, y lo hacían por motivos económicos, en términos de balance entre la población y recursos. Posteriormente, médicos y reformistas sociales empezaron a promover los métodos anticonceptivos artificiales desde planteamientos más sociales que económicos. Entre estos planteamientos tenemos: la planificación familiar, la libertad sexual, la liberación femenina y la mejora de los cuidados a los niños. Entre estos métodos el condón tiene una larga historia, aunque es hasta finales del siglo XX cuando su promoción se incrementa por los graves riesgos del SIDA. Por su parte los métodos anticonceptivos orales, conocidos popularmente como las píldoras, surgen apenas en la segunda mitad del siglo XX. También los movimientos a favor del control natal tienen su origen hacia finales del siglo XIX y los principios del XX; a fines de la Segunda Guerra Mundial se plantea la necesidad de políticas publicas tendientes a reducir la fecundidad, sobre todo en los países en desarrollo, ya que esto podría ser un factor que permitiera mejores niveles de vida entre la población. En nuestros días de habla de la salud reproductiva, donde la salud de las mujeres ligada a su sexualidad y capacidad reproductiva es vista como una prioridad para la salud pública y los derechos humanos.
su obra llamada Ensayo sobre el principio de la población, en la que advertía de la tendencia constante del crecimiento de la población humana superior al de la producción de alimentos. Según Malthus, el desequilibrio que se estaba creando entre la población y recursos alimentarios, al ir en constante aumento, forzosamente habría de tener consecuencias fatales para la humanidad, por la escasez de alimentos. Malthus se equivoco en sus predicciones, ya que la ciencia ha conseguido que la producción de alimentos pueda crecer incluso a mayor velocidad que la población, especialmente en los países industrializados, ya que hoy la escasez de alimentos no es un problema de la producción, sino de su distribución y de la desigualdad social en el mundo. No obstante su error, una de las grandes contribuciones de Malthus fue la de llamar la atención sobre la necesidad de establecer estrategias para buscar de alguna forma mantener el control del crecimiento de la población, reduciendo los índices de natalidad. Malthus y sus inmediatos seguidores promovían métodos naturales para limitar la descendencia, como la abstinencia, el celibato, el matrimonio tardío, y lo hacían por motivos económicos, en términos de balance entre la población y recursos. Posteriormente, médicos y reformistas sociales empezaron a promover los métodos anticonceptivos artificiales desde planteamientos más sociales que económicos. Entre estos planteamientos tenemos: la planificación familiar, la libertad sexual, la liberación femenina y la mejora de los cuidados a los niños. Entre estos métodos el condón tiene una larga historia, aunque es hasta finales del siglo XX cuando su promoción se incrementa por los graves riesgos del SIDA. Por su parte los métodos anticonceptivos orales, conocidos popularmente como las píldoras, surgen apenas en la segunda mitad del siglo XX. También los movimientos a favor del control natal tienen su origen hacia finales del siglo XIX y los principios del XX; a fines de la Segunda Guerra Mundial se plantea la necesidad de políticas publicas tendientes a reducir la fecundidad, sobre todo en los países en desarrollo, ya que esto podría ser un factor que permitiera mejores niveles de vida entre la población. En nuestros días de habla de la salud reproductiva, donde la salud de las mujeres ligada a su sexualidad y capacidad reproductiva es vista como una prioridad para la salud pública y los derechos humanos.

Las personas del siglo XVI no contaban con los conocimientos que fueron producto de los avances científicos y tecnológicos que se desarrollaron a partir del Renacimiento, pero las aportaciones que se realizaron durante los siglos XVII y XIX significaron grandes avances, que ayudaron a mejorar el nivel de vida de la gente y ya son parte de los conocimientos que de manera cotidiana empleamos. Del mismo modo que las personas del siglo XVII ignoraban cosas que nosotros consideramos sencillas, seguramente hoy desconocemos cosas que en cien años serán conocimientos comunes para la mayoría de las personas que vivan en ese momento. Ahora sabemos que los microorganismos se encuentran en todas partes, pero antes de la invención del microscopio eran desconocidos. Miles de personas morían en las epidemias cuyas causas se desconocía. El deterioro de los alimentos no siempre se podía controlas y muchas personas morían debido a que no existían vacunas y antibióticos disponibles para combatir las infecciones. La invención del microscopio fue determinante en el conocimiento de la existencia de los microorganismos. La primera persona en descubrirlos en detalle fue le holandés Anto von Leeuwenhoek con 1684, al examinar el agua de lluvia, de mar, de rio, saliva, y otras sustancias, y los llamo animáculos. Se empezó a especular sobre el origen de estos organismos microscópicos. Había quienes afirmaban que se generaban de manera espontanea de la materia no viva. Por otro lado, había quienes decían que se originaban de otras formas de vidas. Fue











El canal de Suez es la concreción de un anhelo antaño, ya que este canal acorta el viaje de los barcos que transitan de Europa a Asia, que ya no tenía que rodear África. Se encuentra en Egipto, separa África de Asia y une el Mar Mediterráneo con el Mar Rojo, a través del istmo de Suez. Su longitud es de 163km y atraviesa los lagos de Manzala, Tinsah y Amer. La construcción del canal de Suez inicio en 1859 a cargo de la empresa francesa de Ferdinand de Lesseps y fue inaugurado en 1869. Se estima que un millón y medio de egipcios participaron en la construcción del canal con maquinas especialmente diseñadas para ello. Puede pasar buque de un calado (profundidad) de hasta 15 m. tiene una anchura media de 365m, aunque al principio era de 52. Hoy unos 15000 navíos atraviesan el canal cada año, lo que supone un 14% del transporte mundial de mercancías, en un trayecto que dura entre 11 y 16 horas. También la idea de construir un canal que uniera los océanos Atlántico y Pacifico en América central, data desde el siglo XVI. A finales del siglo XIX el ingeniero Ferdinand de Lesseps creyó que, tras su éxito en la construcción del canal de Suez, podría construir este otro, pero fracaso en su intento. En un primer diseño s aposto por un canal sobre el nivel del mar. Este sistema obligaba a eliminar montañas e inundar valles; sin embargo, se encontraron con continuos derrumbes que arruinaban en minutos los trabajos de meses. Panamá tras obtener su independencia vendió a los Estados Unidos de América la zona del canal en 1903, reiniciando el proyecto, pero rediseñándolo, dado que era inviable seguir construyendo el canal al nivel del mar, se construyo un sistema de esclusas, y un gran lago artificial en la desembocadura del rio Chagres, con lo que además se contaría con una fuente de energía hidroeléctrica para abastecer a todas las instalaciones. El sistema más avanzado de su tipo. El canal de Panamá, que se inaugura en 1914, tiene una longitud de aproximadamente 80 kilómetros entre el océano Atlántico y Pacifico. Las cámaras – escalones- de las esclusas tienen 33.53 metros de ancho por 304.8 metros de largo. El calado máximo de los buques que desean utilizarlo es de 12m. Actualmente se realizan importantes obras de ingeniería para modernizar este canal. La construcción de canales tiene una vinculación con el contexto imperialista que se vivía en aquella época. Eran vistos como elementos importantes para la circulación de mercancías, materias primas y comunicación de zonas coloniales con las naciones imperialistas.
Dentro de la medicina las aportaciones de Louis Pasteur (1749-1895) y Robert Koch (1843-1910) fueron fundamentales, al establecer la teoría microbiana de las enfermedades, es decir, demostraron que son microorganismos los que producen las enfermedades. Pasteur desarrollo la vacuna contra la rabia y el proceso que lleva su nombre, pasteurización, que consiste en matar a los microorganismos mediante el calentamiento. Koch descubrió los bacilos productores de la tuberculosis y del cólera asiático. Estas aportaciones posibilitaron avances en la medicina en general, para el bienestar de la sociedad, al contribuir en la disminución de los índices de mortalidad; además fueron base para innovaciones en este ámbito. Dentro de la genética, Gregor Mendel (1822-1884) formulo las leyes de la herencia, con las que demostró que las características de los seres vivos se transmites de una generación a otra, y nunca puede hablarse de que existen dos individuos exactamente iguales. Dentro de la química y la física también hubo avances importantes en este periodo; tal vez lo más importante de ellos es que muchos tuvieron aplicaciones prácticas que permitieron el fortalecimiento de los procesos de industrialización y de la economía capitalista; además, contribuyeron a mejorar el nivel de vida de la población. Así, los avances de química fueron empleados en la elaboración de alimentos, la medicina y la industria. En la física, los avances en los estudios de la luz, la energía y la electricidad fueron fundamentales, entre otros aspectos porque permitieron grandes inventos, como la telegrafía, la telefonía, la telegrafía sin hilos y el foco eléctrico. 


























